Lo más probable es que estés leyendo esto porque eres Cristiano o al menos piensas en Cristo y en lo que Él significa. No estoy tratando de ser crítico, sólo estoy pensando en voz alta. Al momento de escribir esto, he sido Cristiano por un poco menos de 11 años. Como todos, todavía estoy aprendiendo. Ha habido algunas cosas que he visto u oído en la iglesia que a veces me hacen preguntar, “¿por qué estamos haciendo las cosas de esta manera?” Podría ser el caso de que te hayas hecho la misma pregunta. Durante el poco tiempo que he estado sirviendo a nuestro Señor, tuve buenas y malas experiencias evangelísticas. Una de los malas que recuerdo, tristemente, fue durante una campaña y el hermano que me estaba ayudando a alcanzar a su comunidad. Recuerdo haber tenido una buena conversación con una señora, la invité a que nos acompañara las predicaciones y que con mucho gusto me dijo que iba a tratar de ir esa noche, y de repente, este hermano vino detrás de mí, le preguntó acerca de su iglesia, ella dijo que ella iba a la iglesia X, y este hermano exclamó, “Oh, sabes que vas al infierno”. Qué triste me puse cuando ella me miró, me devolvió la invitación, no dijo nada más y cerró la puerta. Cuando le pregunté al hermano por qué dijo eso, simplemente dijo: “¡Bueno, es la verdad!”

Pareciera que, para algunos de nosotros,el evangelismo se trata de decirles a los demás lo buenos que somos, lo bien informados que somos y lo equivocados que ellos están. Amados hermanos, cuando pensamos en el evangelismo, debemos hacerlo bien. No se trata de hacer que los demás se sientan culpables, se trata de hacerles sentir bienvenidos. A veces, tal vez debido a falta de conocimiento, en lugar de actuar como Cristo, actuamos como fariseos. Por favor, lee Lucas 19:1-10 en tu Biblia. Este texto registra el evento con ese pequeño hombre conocido como Zaqueo. Para la multitud, un pecador. Para Jesús, un alma perdida que necesita salvación. Sólo unas pocas líneas antes de este texto, encontramos la Parábola del Fariseo y el Publicano (Lucas 18:9-14). El fariseo, a través de su oración, se jactaba de sí mismo y denigraba al publicano. El publicano, a través de su oración, sólo pidió piedad a Dios. La Biblia enseña acerca de no ser orgullosos sino humildes (v. 14; Santiago 4:6,10; Mateo 23:12; Proverbios 16:18-19). Jesús fue a Jericó, e incluso cuando Zaqueo era un hombre pequeño, Él lo vio, pero lo más importante, vio su corazón, y fue a su casa. El escritor inspirado no nos cuenta más detalles sobre ese encuentro pero nos da lo que necesitamos. Zaqueo escuchó las buenas nuevas, se convirtió a Cristo, y debido a eso, ese día la salvación llegó a su casa. Mientras que Zaqueo dio la bienvenida a Jesús a su casa, la verdad es que Jesús le dio la bienvenida a Su reino. No seamos como la multitud ni como el fariseo, sino como Cristo.

La Gran Comisión sigue activa y requerida. Debemos ir a todo el mundo y predicar el Evangelio a toda criatura (Marcos 16:15). Aquellos que nos escuchen y reciban con gusto el mensaje que nuestro Señor nos mandó predicar y enseñar, serán como la buena tierra, y la simiente de la Palabra de Dios crecerá en sus corazones y traerá fruto “con perseverancia” (Lucas 8:11, 15). Cuando eso suceda, creerán y pedirán ser bautizados para el perdón de sus pecados y, por lo tanto, ser salvos y añadidos a la iglesia del Señor (Marcos 16:16; Hechos 2:38, 47). Como escribió el inspirado Pablo, algunos de nosotros plantaremos la semilla, otros la regaremos, pero es Dios el que dará el crecimiento (1 Corintios 3:6-7). Debemos hacer el trabajo, no forzar el resultado. Hay millones de almas perdidas allí afuera esperando que les hagamos sentir bienvenidos, no culpables. Sabemos lo que dice la Biblia, ellos no. Necesitan escuchar que todos hemos pecado, que la paga del pecado es la muerte, que Dios quiere que todos procedamos al arrepentimiento, y que la vida eterna es un regalo de Él a través de Su Hijo (Romanos 3:23; 6:23; 2 Pedro 3:9).

Podría ser el caso de que estés leyendo esto y no eres Cristiano todavía. Quiero que sepas que obedecer la voluntad de Dios es la mejor decisión que puedes tomar en tu vida. La vida no será fácil, pero ten en cuenta que, como escribió Santiago, es una “neblina” (Santiago 4:14). Podríamos estar caminando sobre esta tierra por una hora, un día, un mes o 50 años, pero moriremos (Hebreos 9:27) o el día del juicio vendrá primero. Nuestro Señor dijo que sólo el Padre sabe el día y la hora en que eso ocurrirá (Mateo 24:36). Debemos estar preparados, y tú, mi amigo(a), como hice yo, tienes que tomar una decisión.

Es debido a una persona que pensó bien sobre el evangelismo que hoy soy miembro de la Iglesia del Señor. Otra persona que pensaba bien sobre el evangelismo se acercó a la que se acercó a mí, y así sucesivamente. Hoy en día, podría ser yo la persona que piensa bien sobre el evangelismo y quiere que vayas al Cielo. Entonces, ¿estamos pensando bien sobre el evangelismo? Salgamos entonces y hagamos nuestro trabajo con una actitud humilde y amorosa, siendo como nuestro Señor y trayendo gloria y honor a Él.

Que Dios te bendiga ricamente hoy y siempre.

Marlon Retana

Marlon Retana

Marlon is a Costa Rican who married a Panamanian, Jacky, and father of Jonathan. He is a graduate of the Memphis School of Preaching, both from the Bible Studies program (2016) and the World Missions program (2017). He is currently serving as Director for the Spanish Bible School (spanishbibleschool.org), side-by-side with World Video Bible School.